Qué nos depara el futuro

por Verónica Aguirre
Hoy escuchamos que estaremos viviendo en una nueva normalidad. Pero ¿qué quiere decir esto, exactamente? Para muchos, es la forma como se reactivará la vida económica del país, y marcará el fin del confinamiento. Sin embargo, el concepto va más allá de abandonar el encierro, porque sin duda cambiemos hábitos personales y sociales que hasta ahora no parecían tan importantes. ¿Cuáles son?

 

Uso de cubrebocas:

Hasta hace unos meses, si veíamos a una persona usando cubrebocas, dependiendo de su semblante, decíamos: “Pobre, está enfermo, ojalá mejore”, o “qué ridículo, para qué lo usa”. Sin embargo, hoy la mayoría de la población debe usarlos, y el significado que damos a esto es: “Se está cuidando y me cuida”. Hoy es obligatorio, no porque lo diga la autoridad, sino por ser empáticos con quienes comparten nuestro entorno.

Puntualidad:

Por desgracia, una característica que nos define como sociedad es la impuntualidad. Para la mayoría de nosotros, llegar diez minutos después de la hora acordada es algo “normal”; sin embargo, esto tendrá que cambiar, porque mientras exista riesgo de contagio, los establecimientos de todo tipo empezarán a funcionar mediante citas, por lo que debemos empezar a respetar el tiempo de la persona que va a atendernos y el de quienes vienen detrás de nosotros. Cada establecimiento tendrá sus reglas, pero sin duda la nueva forma de vivir incluirá el respeto por el tiempo de los demás.

Convivencia social:

Hasta hoy podíamos armar una fiesta con gran cantidad de invitados, hacerla durar de la noche a la mañana. Es muy probable que durante los próximos meses debamos limitarnos a organizar reuniones con poca gente, para evitar el contagio. En países como España, no puede organizarse una reunión en casa con más de diez personas, y pasará algún tiempo para que se autoricen las fiestas multitudinarias.

Demostraciones afectivas:

Los mexicanos somos muy expresivos: besamos y abrazamos a quienes acabamos de conocer, y eso tendrá que cambiar. Hoy, un saludo con el codo es lo políticamente correcto. Pero qué pasará con las personas que estaban iniciando una relación amorosa y ahora no pueden tocarse, mucho menos besarse para demostrar su afecto. Tendrán que ir paso a paso y ganarse la confianza del otro, o, aunque suene irrisorio, pedir ambos un “certificado de no-contagio”.

Home office:

Un sector de la sociedad ha podido continuar sus actividades laborales desde su hogar. Esto les permite cuidarse del contagio, pero hay quienes no pueden hacer lo mismo. Es momento de apoyarnos unos a otros, y no salir si no es necesario, para que esas personas tengan mejores probabilidades de mantenerse sanas.

Comercio glocal:

Si bien la economía globalizada es irreversible, podemos empezar a consumir productos elaborados en nuestro país, para impulsar a nuestra sociedad a salir avante de esta crisis, que si bien no es un efecto del covid-19, sí creció a raíz del confinamiento.

Salud:

Esta situación ha demostrado que unidos podemos más, y si en una primera etapa la capacidad de los hospitales no se vio rebasada, fue gracias a que la sociedad se unió para mantenerse en cuarentena, y así hay que seguir. Demos gracias a los doctores, las enfermeras y todo el personal de los hospitales, que han dado su tiempo y profesionalismo para cuidarnos y ayudarnos a recuperar la salud.

A cada uno de nosotros le toca poner su granito de arena, para salir adelante de esta crisis sanitaria y económica, de alcance mundial.

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