Reconcíliate en 2020

por Redacción Distrito
Este año nos puso a prueba a todos, terminémoslo sin sentimientos dañinos.

Alimentar rencores en nuestro interior equivale a renunciar al disfrute de lo que la vida nos regala, por lo que debemos eliminar los malos sentimientos de raíz. La existencia es muy corta. En realidad, tenemos poco tiempo para disfrutar cada instante en este mundo, y debemos enfocarnos sólo en amar, respetar, cultivar buenas relaciones y generar paz interior, para ofrecer lo mejor que tenemos a los demás.
Debemos intentar reconciliarnos con las personas con quienes no resolvimos un problema, con quienes se generó un sentimiento negativo, y sanar por completo cualquier tipo de rencor que afecte nuestra mente, cuerpo y alma, más aún si se relaciona de alguna manera con nuestros padres.
La relación y la convivencia con nuestros padres es la más fuerte que estableceremos en la vida. El vínculo espiritual no puede romperse por completo de un momento a otro; ellos nos dieron el privilegio de existir y disfrutar las maravillas que encontramos en este mundo.
Claro, no todas las relaciones familiares son fáciles, llenas de amor y tranquilidad. Sabemos muy bien que en muchos casos existen fracturas dolorosas, en ocasiones imperdonables, a grado tal que hay quienes niegan la existencia de su padre, de su madre o de ambos.
Si te encuentras en una situación complicada, que en cierto instante dañó la relación con tus padres, es momento de sanar el rencor y los sentimientos de odio, culpa o desprecio, para que puedas seguir tu camino en paz.
Debes perdonarlos si te lastimaron, si afectaron tu desarrollo, si en lugar de amarte te maltrataron, o si en vez de ayudarte sentías que sólo perjudicaban tu vida cada día. Es fácil decir ‘perdónalos’, y por supuesto no lo es, pero si pretendes que tu vida sea feliz y mejor de lo que te ofrecieron, debes hacerlo. Perdona y vive plenamente.
Si aún se encuentran en este mundo, búscalos, platica con ellos si la situación lo permite. No dejes nada guardado y haz que lo sepan, exprésales todos tus resentimientos. Pero si lo haces, no olvides también agradecerles sus aciertos. Ellos también son seres humanos, con virtudes y con muchos defectos.
Tú decidirás si deseas tener de nuevo una relación cercana con ellos, si las visitas a su casa o las reuniones para comer tendrán un lugar en tu agenda por segunda vez, pero no debes pensar demasiado en sanar por completo los sentimientos que tienes, porque independientemente de lo que ellos decidan guardar, tú sí podrás brillar de nuevo a plenitud si dejas atrás lo oscuro y otorgas un perdón transparente, sincero.
Por ninguna razón dejes que el trabajo, el estrés, los compromisos sociales o la apatía te alejen de tus padres, porque así como ellos se equivocaron, también tú pudiste caer en la soberbia de creer que no los necesitas. Hazlos felices, llena su alma de amor con una simple llamada, una visita, un mensaje o un invaluable y enorme perdón.

Te recomendamos:

Dejar un comentario