Yahir, con los pies en la tierra

por Verónica Aguirre

Parece que fue ayer cuando un reportero despertó a Yahir en su casa de Tijuana para decirle que había entrado a La Academia, y él esbozó una sonrisa de “¿en serio?”. Diecisiete años después estamos ante un artista muy completo, con una carrera sólida y versátil, pues lo mismo canta y compone que actúa. El año pasado pudimos verlo en el papel de Pedro en Jesucristo Superestrella, y a partir de este mes encarnará a Mario en la nueva temporada de Hoy no me puedo levantar, emblemática puesta de los hermanos Cano. Conozcamos un poco más de Yahir en esta entrevista.

¿Cómo es Yahir en su vida diaria?
Soy estricto con mi trabajo, disciplinado. No me gusta hacer las cosas a la ligera. Procuro estar enfocado en lo que haga, ya sea un video o una canción: componerla, estar muy pendiente de la producción. Disfruto lo que hago en la música, el escenario, me fascina el teatro; ir a verlo y estar sobre la tarima me encanta. Compartir y trabajar en equipo es lo máximo. Desde muy niño jugué beisbol, y siempre me quedó claro que los logros pertenecían al team. Entonces, siento que es exactamente lo mismo en mi trabajo, ya sea en La Voz o en una obra de teatro, o cuando estamos todos juntos tocando en un concierto, como en el Teatro Metropólitan. La labor de equipo es la base del éxito. Por otro lado, me gusta disfrutar a mi familia, estar con ellos en la carnita asada, con mi papá, todo eso. Ese tiempo es sagrado para mí, pero todo lo demás es disciplina y trabajo.

En Instagram pones muchas cosas profesionales y pocas personales.
En las redes, como todo mundo puede opinar, no me importa que opinen sobre mi trabajo. No pasa nada. Pero que hablen de un hijo mío o que ataquen a ciertas personas, pues sí da un poco de frustración, porque no puedes responder directamente a esa gente como a veces querrías, ni tenerla de frente.

¿Qué te animó a participar en teatro dos veces seguidas?
Primero, porque conozco Jesucristo Superestrella desde hace mucho. Me invitaron a formar parte de varias obras, de varios musicales, incluso de Hoy no me puedo levantar; y la verdad es que yo quería arrancar un montaje desde cero, quería compartir con mis compañeros el nacimiento de una obra, de una producción, ilusionarnos con las mismas cosas, una canción, una pantalla, una luz, un momento, algo que vivamos todos. Siento que llegar como artista invitado a un proyecto es padrísimo, pero tú no lo creaste desde cero. Entonces, yo estaba esperando en el teatro que algo me emocionara, que me vibrara muchísimo para poder hacerlo. Cuando llegó la propuesta de Jesucristo Superestrella, una de mis obras favoritas, no lo dudé. Y más tarde, cuando mi querido productor, amigo y maestro Alejandro Gou llegó y me dijo: “¿Qué opinas de ser Mario para Hoy no me puedo levantar?”, tampoco lo pensé dos veces. El mismo Alejandro me había invitado a hacer esa obra en las puestas anteriores, pero ya habían arrancado los proyectos y no quería entrar en un proyecto que ya había caminado. También yo, en ese momento, tenía algo de temor por salir de mi zona de confort. Pasé de algo conocido, ir a tocar a un lado y al otro, trabajar en una composición, en mi disco, en ese tipo de cosas, a algo que te exige totalmente. Puedo decirte que he sentido niveles de cansancio que no había tenido en años. Entonces, estoy contento porque acepté el reto cuando me sentí pleno para lograrlo, para inyectarle energía, y para disfrutar de mis compañeros y de los ensayos, que son de 12 horas diarias, y todavía llego a mi casa a seguir estudiando. Entonces, digamos que estoy trabajando 14, 15 horas diarias en esta puesta.

¿Qué tanto identificas con Mario, el personaje?
Totalmente. Mario llega a Madrid de joven, lleno de sueños, de ilusiones, en una década donde hay tantos cambios, tantas cosas ocurriendo a la vez. Y yo, a finales de los noventa me fui a Tijuana, donde estuve seis años. Es una ciudad llena de luz, de color, de música. Llegué buscando mi sueño, buscando avanzar, crecer, evolucionar, aprender. Entonces, en ese sentido, me identifico mucho con Mario.

¿Qué otros proyectos traes este año?
Por lo pronto, estamos trabajando en un proyecto que a mí me encanta, que involucra la composición. En cuanto arranque la obra tendré más momentos libres para dedicarme a componer. Quiero componer con grandes maestros, personas con quienes pueda hacer un disco sin importar el género, sin importar lo que esté de moda. Quiero hacer canciones del corazón, canciones de emociones, ya sean movidas o baladas, pero quiero canciones de muchas emociones, y quisiera juntarme con los grandes maestros para hacerlas.

Hablando de La Voz, ¿qué te hace sentir estar ahora del lado del coach?
La Voz es un reality show que te da la oportunidad de mostrar tu talento, aprender, vivir nuevas experiencias y recibir comentarios de gente que tiene una gran trayectoria en el medio. Unos más que otros, pero trayectoria al fin. Trato de dar siempre un mensaje constructivo, un consejo que cale hondo en la persona, porque creo que todos hemos vivido algo muy similar para cumplir nuestro sueño, hemos tenido que talonearle; en mi caso, trabajar en bares y conocer los reality shows. Y sé lo que es venir de un lugar donde la posibilidad de triunfar, de cumplir tus sueños en la música, es muy baja. Es una probabilidad muy pequeña, entonces debes dejar tu casa, estar lejos de tu familia y hacer sacrificios para cumplir tus sueños. Ése es el consejo que yo quiero dar a los morros o a cualquiera que me pregunte de qué se trata esto. Más que para convertirte en alguien famoso, creo que debes tomarlo como una experiencia y como un gran aprendizaje. No podemos ir a un reality show pensando que nos va a cambiar la vida. Al principio, siento que en algunas generaciones de La Academia pasó. Había una ilusión tremenda. Siento que no es el reality show, en sí, la bronca. Siento que las disqueras, los representantes, no han dirigido su mirada hacia el reality show. No importa cuál sea. Pero aunque un joven se presente ahí y tenga un talento bárbaro, muchas veces no se le hace justicia cuando termina el proyecto, y eso me da mucha tristeza.

¿Qué hiciste diferente de tus compañeros en La Academia?
No sé, es que no sé qué habrá hecho cada quién. No sé qué se hizo bien, qué se hizo mal. En mi caso, desde el principio, desde que salí del reality, TV Azteca me apoyó muchísimo. Siempre tuve una relación increíble con la televisora y con mi disquera. Siempre procuré ofrecer un show de calidad, grabar grandes rolas.

Yo siento que nunca perdiste el piso.
Ése es un tema importante. Perder el piso abarca muchas cosas. Para mí, la clave del asunto —y sé que es muy trillado lo que te voy a decir— es no olvidar de dónde vienes, dónde naciste, dónde creciste. No es igual la manera como están creciendo mis hijos que como crecí yo. No es la misma historia. Es muy importante el hecho de que yo no he salido del barrio. He aprendido mucho, he visitado varias partes del mundo, he charlado con artistas que jamás imaginé que iba a conocer, he colaborado con gente que nunca habría soñado. Entonces, he tenido algunas oportunidades hermosas, grandísimas, y otras que a la mejor no han funcionado como yo habría querido; pero nunca se me olvida que la prioridad en mi vida es mi familia, los momentos con mi familia, los momentos en mi barrio, y los recuerdos que tengo del lugar donde nací, en una calle que no estaba ni siquiera pavimentada. Yo pasé hambre. Durante muchos años comimos arroz y frijoles por días. Eso no se me olvida, y lo único que quiero es que, si tengo que estar lejos de mi familia por cuestión de chamba, que se me están abriendo las puertas y dando estas oportunidades estando lejos de ellos y teniendo que hacer ese sacrificio, pues me la voy a partir. O sea, no me queda de otra. Así que me la voy a partir todos los días.

¿Cuál es el mejor consejo profesional que has recibido?
Del maestro José José. Me dijo que hay que conservar la humildad.

¿Quiénes son ahora tus amigos?
Tengo amigos de hace treinta años o más, y sigo considerándolos entre mis mejores amigos. La vida me ha puesto grandes amistades en el camino.

¿Cuál es tu principal defecto?
A veces, me hago autosabotaje.

¿Cuál es tu idea de la felicidad?
La felicidad, para mí, viene acompañada del éxito, pero no me refiero a lo profesional. Ser exitoso para mí es trabajar por tus sueños, por tus metas a corto o largo plazo. Siento que la felicidad es pasar grandes momentos con tu familia, con tus hijos, ver el lado positivo de las cosas, disfrutar la vida y cada momento. Si está lloviendo o si te quedaste tirado con tu carro porque no le echaste gasolina y estás muy buey, igual te ríes. Tienes que disfrutar todo, debes ir mejorando, evolucionando y madurando para concretar tus sueños, tus ilusiones, siempre acompañado de la gente que amas y que te ama.

¿Quién es tu héroe de ficción?
Me encanta Batman, porque no tiene superpoderes.

¿Cuál es tu estado de ánimo más típico?
Ahora, con los ensayos de Hoy no me puedo levantar, cansado (risas). Me gusta mucho desintoxicarme. Me gusta entrenar, tener energía, vitalidad, sentirme fuerte, y eso me hace feliz. Ahora que estoy con la obra, tengo que darme tiempo para poner mi cabeza en otro lado, porque lo que estamos haciendo es muy absorbente.

¿Cuál es tu mayor vicio?
La ropa.

Si pudieras viajar al pasado, ¿qué le dirías al Yahir joven?
Que no pierda el tiempo. Siento que cuando salí de La Academia dediqué mucho tiempo a las fiestas. Está padre, pero creo que me excedí un poco. No estoy hablando de drogas ni nada de ese rollo, sino que todo el tiempo que estuve en mi tierra me la llevaba pachangueando. Siempre iba como a festejar lo que estaba viviendo.

¿Cuál es el lugar de Sonora que tenemos que conocer sí o sí?
La sierra de Sonora. También es hermoso San Carlos, Bahía de Kino, Hermosillo, Álamos, Huatabampo. Hay muchos lugares que son bellos, bellos.

Te recomendamos:

Dejar un comentario