María León una mujer con rumbo

por Verónica Aguirre

Hace unos meses deleitó a la audiencia televisiva al dar vida a Discoball, un ser irreverente, sincero y muy directo con el que triunfó en la segunda temporada de ¿Quién es la máscara? Ahora, por segunda vez interpretará a María, el protagónico de Hoy no me puedo levantar, que se presentará en el Centro Cultural Telmex II desde el viernes 16 de abril. Estos éxitos han hecho de María León una mujer con rumbo.

Hoy vemos a María León como una persona feliz y exitosa. Sin embargo, desde muy pequeña ha enfrentado grandes retos, y los ha librado gracias a su personalidad, aguerrida, terca y perfeccionista, como ella misma afirma. Pocos conocen su espíritu libre, y si la ocasión lo amerita, puede dejar de ser esa mujer delicada que todos conocemos para expresarse sin tapujos.

¿Qué es para María León personificar a María en Hoy no me puedo levantar?

Ha sido una aventura nueva, porque tuve la oportunidad de interpretarla hace seis años, y de conformarla desde una María León más madura. Las experiencias de estos años me dieron herramientas para prestarle al personaje y muchas cosas que aprender, porque hoy las mujeres buscan empoderarse, reivindicar sus derechos y garantizar la equidad en todos los ámbitos, y yo lo veo en la música y en las artes. Esto me remite a los movimientos sociales que desembocaron en la “movida madrileña”, porque en el Franquismo hubo mucha represión; cuando se abre esa caja de Pandora y se lucha por la liberación sexual y la libertad de orientación de género, también surge el poder femenino. Como ejemplos de ello tenemos a Alaska, Ana Torroja, Penélope Cruz… todas las mujeres de Almodóvar, que de pronto hacían puestas atrevidas o películas eróticas; las canciones abordaban temas controvertidos, y era el momento que María estaba viviendo. Ella era una mujer empoderada que salió de su pueblo para trabajar en un bar adonde acudían puros hombres, y ella estaba hastiada de ese acercamiento masculino, que genera el conflicto con Mario, porque él es el estereotipo del hombre que siempre le rompió el corazón, y algo tenía que cambiar. Al final se enamora, porque el arco de los personajes los lleva a evolucionar, y ese Mario se acopla más a lo que ella siempre soñó y no es el típico hombre machista de los ochenta. Es increíble conformarlo desde el México actual, porque va a generar mucha conexión con las nuevas generaciones y le da poder a ella, la hace una María con más carácter y más real.

¿Es una María que se acerca más a lo que Nacho Cano quería?

Sí, y no es que hace seis años quisiéramos alejarnos, pero creo que lo que estamos viviendo en estos momentos en el país nos abre los ojos a realmente sentir y palpar lo que ocurrió en España a la muerte de Franco. Los movimientos sociales son pendulares; si este sentimiento de libertad hubiera surgido en los ochenta en México, hoy estaríamos muy bien, las luchas de ahora estarían establecidas. Los movimientos van y vienen, y espero que este momento genere resultados, para que se dé la evolución que las mujeres estamos buscamos. Entonces, las vivencias que hemos tenido nos acercan más a la postura de Nacho Cano, y no es que hace seis años no la viéramos, simplemente no la estábamos viviendo socialmente con tanta fuerza.

Además, en lo profesional, en ese momento yo estaba en una agrupación con puros hombres, y cuando decidimos seguir carreras paralelas empecé a sentir la gran responsabilidad de ser una intérprete y compositora mujer, y hablar desde el punto de vista femenino y luchar sola contra una industria regida por hombres. Eso me da una responsabilidad, algo que defender, y lo hago con mi música, pero también con personajes que me permiten generar una mujer poderosa.

¿Cuál es la parte que de Hoy no me puedo levantar que más te gusta?

En el momento en que se reinterpreta Lía; esto es nuevo para mí, porque se interpretaba de una manera distinta. Es un homenaje a las tres mujeres que existen en la obra: Ana, Patricia y María. Hoy se hace un homenaje al despertar sexual y sensual de María hacia Mario; entonces, vemos el deseo de María, esa parte animal que se contrapone a la lógica, que la hace continuar con el impulso hacia Mario; es algo que todos tenemos, una parte instintiva que no podemos controlar, una lucha de la mente con el corazón, y éste a su vez está conectado con nuestra parte sexual. Me gusta muchísimo, porque da madurez y apertura al personaje. Sobre todo, permite que las mujeres reconozcamos ese deseo carnal y que nos sintamos libres y completas. Es muy padre sentirlo en una canción.

¿Cómo ha sido la vida de María León en este último año, tan complicado?

Se inició con la interrupción de un sueño: Chicago, el musical. Nos encierran, y vivimos un paro sin precedentes y la necesidad de bienestar para todos, en lo psicológico, lo profesional y la salud. Tuve que trabajar mucho mi parte interna, porque soy ansiosa, tengo ataques de pánico y soy hiperactiva, y eso se contraponía con lo que estábamos viviendo. Aprendí a generar una rutina en casa, a ser paciente, a gestionar mi trabajo; empecé a componer nuevamente, me arriesgué y me aventuré en un género distinto a lo que estaba acostumbrada.

Además, pude abrazar a ese sargento que hay en mí y que muchas veces mantengo oculto, porque no quiero que la gente lo vea. Cuando miras atrás te das cuenta de que fue un año de muchos retos, pero también de grandes enseñanzas.

Platícanos de este nuevo proyecto musical.

Es un disco de música regional mexicana con features brutales, que gracias a Dios y a este año pudieron lograrse, porque si bien social y políticamente vivimos un momento de gran división, en el ámbito artístico ha pasado todo lo contrario: nos hemos unido sin importar género musical, trayectoria, edad o estilo, y eso ha sido muy nutritivo para la industria, y empezó a generarse un bullicio de nuevos géneros que empiezan a dar competencia al monopolio del reggaetón. Ya no impera la segregación que vivimos durante años, cuando decían: “Tú cantas pop, tú rock, tú banda, y no nos mezclamos”. Hoy pasa todo lo contrario, y por eso me aventuré a hacer esto. Tengo grandes cómplices que se sumaron a este proyecto.

Una de cosas que me gustan más de este disco es que plasma una visión sexual y sensual de las cosas. Eso lo aprendí hace seis años, cuando me tocó ser solista. Terminé una serie y dije: “Tengo que componer”, e inicié una búsqueda. Fui a Los Ángeles, tomé clases de actuación y me puse a escribir con Claudia Brant y otros compositores reconocidos, porque quería saber qué sucedía en la música, y después me pregunté: “¿Qué está sucediendo con el sonido urbano?” Viajé a Miami participé en talleres de creatividad, en donde me decían: “Y aquí vas a poner: ‘Que me pongo en cuatro’, y yo les decía: “A mí me gusta arriba”; “Sí, pero en cuatro suena mejor”. Ahí entendí lo diferente que es nuestra perspectiva, y no es que sea un género misógino, sino que no hay la misma cantidad de compositoras y exponentes para generar un balance en el planteamiento sexual del mensaje. Entonces, este nuevo disco dice las cosas desde el punto de vista femenino, y se atreve a decir: “Yo puedo pedir las cosas, no quiero que me pidas permiso, mientras sea consensuado, porque quiero ese tipo de experiencias. Tengo mis pecados solitarios en pandemia, porque pienso en ti”. Son las mismas situaciones sexuales, sí, pero yo las digo de forma poética, creando imágenes que lleven a diferentes posibilidades de lo mismo. Espero contribuir a la apertura, a que las mujeres podamos hablar de sexo y de sensualidad, de decir que sí o no desde la música. El género regional me lo permite, porque es mucho más directo y poderoso, y sí tiene tintes hacia lo urbano, pero hablando desde lo femenino.

Cuéntanos, ¿en quién te inspiraste para hacer a Discoball?

Fue en homenaje a mi papá y a sus rasgos que me causan ternura y a veces incomodidad. Por eso creé un personaje sin filtro, irreverente, ranchero, que no sabe de etiquetas. Mi papá viene de un lugar muy humilde, es de Guasave; pizcó algodón y trabajó en el campo, luchó mucho y hoy es un dentista muy exitoso. Pero nunca ha abandonado el rancho, Como dicen: “Uno sale del rancho, pero el rancho no sale de uno”. Cuando terminó ¿Quién es la máscara?, me di cuenta de que yo tengo mucho de eso y soy como mi papá. Discoball me ayudó a reconocerme tal cual soy.

¿Cuál es tu hobby favorito?

Me gusta mucho leer, estar con mis papás y jugar juegos de mesa.

Tu color favorito…

El turquesa.

Tu ave favorita…

El colibrí.

Tu idea de la felicidad perfecta…

Un camino aventurado de fallos e intentos.

El libro que te cambió la vida…

El ruiseñor, de Kristin Hannah. Me encanta porque plasma el empoderamiento femenino en plena Segunda Guerra Mundial, y La historia del rey transparente, de Rosa Montero.

Hoy no me puedo levantar

  • Centro Cultural Teatro II
  • Actúan: María León, Yahir, Jorge D’Alessio
  • Horarios:
  • Viernes, 20:00 horas
  • Sábado, 17:00 y 20:30 horas
  • Domingo, 17:00 horas
  • www.ticketmaster.com.mx

María León comparte el protagónico con Yahir en el siguiente enlace te dejamos la entrevista que le hicimos hace un año. https://revistadistrito.mx/yahir-con-los-pies-en-la-tierra/

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