Alejandro Nones

Un ser que brilla

por Verónica Aguirre

La primera impresión que deja el actor venezolano es que se trata de una persona de carácter fuerte y un tanto inaccesible. Sin embargo, eso está muy lejos de la realidad: su forma de ser, franca y abierta, te anima y da confianza para hablar con él como si fueran amigos. Conozcamos más de Alejandro Nones, a quien recientemente vimos en Corona de lágrimas 2 y en la serie ¿Quién mató a Sara?

Alejandro es un hombre feliz, soñador, que lucha por cumplir sus sueños. No le importa demostrar sus emociones y ama vivir.

¿Qué te llevó a la actuación?

Desde muy pequeño sentí una conexión muy fuerte con las artes en general, y en especial con el cine: siempre me movió mucho, me gustó, sentía que de alguna manera podía estar ahí, y la vida me fue llevando hacia él.

¿Qué dijo tu familia cuando supo que querías dedicarte a la actuación?

Creo que nunca se los dije, así tal cual, porque yo empecé estudiando música y percusión en la Escuela Nacional de Arte de La Habana. Como a los 12 años les dije a mis papás: “Voy a estudiar música”. Además, siempre he sido independiente, muy terco; a los 17 años, cuando terminé la prepa, ya tenía todo preparado, desde dónde iba a quedarme hasta la fecha de los exámenes de admisión. Entonces, cómo le dices que no a alguien que tiene tan claro lo que quiere hacer.

¿Cuál fue el primer acercamiento real con la actuación?

El primero, laboralmente hablando, fue la primera película que hice: Así del precipicio. En ese momento yo no era actor todavía, estaba ahorrando para estudiar actuación y viajé a los países donde había trabajado como modelo para tener oportunidades laborales, y así reunir dinero para mis estudios. México fue uno de ellos. A las dos semanas de estar aquí, en la agencia de modelos donde trabajaba llamaron buscando a un actor para interpretar un personaje chico en una película. Hice el casting y me quedé con el protagónico, y ahí empecé mi vida laboral.

Que te den el papel principal en tu primer proyecto indica que estabas destinado a actuar.

Esa puede ser la lectura desde afuera, y varios años después. Sin embargo, si bien la suerte existe, creo que también existe lo que uno genera, y en ese momento tenía muy claro que quería estudiar actuación, y me moví de alguna manera para que eso sucediera.

¿Qué debe tener un personaje para que tú le digas que sí?

Hoy día, debe tener congruencia con lo que quiero en mi carrera; pero, sobre todo, debo conectarme con él, necesito que me mueva la historia, el contexto, lo que sucede, los personajes. Me gusta que sean un reto para mí, busco que siempre sean diferentes, que generen una energía propia y me obliguen a cambiar mi look, mi corporalidad, mi forma de hablar, para darles vida.

¿Qué te llevó a participar en Corona de lágrimas 2?

Corona de lágrimas fue un proyecto fundamental en mi vida, que me dio muchas cosas. Por eso me entusiasmó trabajar de nuevo con ese elenco tan maravilloso. La Queen, que la amo, la quiero, la adoro; Mane; Chema; el Güero, una persona sumamente importante en mi carrera, quien me dio muchas oportunidades. Debía estar en un proyecto que de alguna manera yo también generé, porque fue mía la idea de hacer Corona de lágrimas 2. Hablé con mis compañeros y nos juntamos para proponérselo al Güero, solo que pasaron muchos años. Además, sentía que el público seguía esperando esa continuación y la pedía.

Sin embargo, tu participación fue corta, porque la muerte de Patricio desencadena una serie de tragedias.

Sí, así tocó, para darle vida a esta segunda historia.

¿Cómo es trabajar con Victoria Ruffo?

Maravilloso. Es siempre un apoyo, una amiga, para mí es familia. Lo que representa en mi vida va mucho más allá de una actriz con quien trabajé. Siempre está ahí, en mi cumpleaños, en el Año Nuevo, con un regalito o una llamada. Su familia, su marido, sus hijos… son parte de mi vida.

Hablando de la familia de Victoria ¿cómo es trabajar con José Eduardo?

Extraordinario, es un regalo de la vida. José Eduardo es extremadamente talentoso, es un gran compañero. Somos muy buenos amigos desde hace unos diez años, y de repente subir al escenario a jugar como niños ha sido un regalo, la verdad. No sabes cómo lo disfrutamos. Participar en la obra La clase es una gran recompensa en mi carrera.

¿Por qué deberíamos ver La clase?

Bueno, La clase hay que verla porque, primero, es un texto maravilloso, con una puesta en escena increíble, dirigida por Manuel González Gil y escrita por el dramaturgo argentino Daniel Datóla y con dos actores en escena. Realmente, la química y la magia que hay entre José Eduardo y yo, y Miguel Burra, con quien me toca alternar, hacen que disfrute tanto este trabajo. Ojalá la gente vaya a vernos y disfrutarnos en esta comedia. 

¿Qué significa para ti presentarte en el Manolo Fábregas?

Estamos en uno de los complejos teatrales más grandes en el México. Ha sido una experiencia maravillosa, porque cada vez va más gente. Como actores, eso lo agradecemos inmensamente, y se siente muy bonito ver cómo la gente llega.

¿Qué te llevó a ser parte de la producción de La caja?

El director de La caja, Lorenzo Vigas, es amigo mío desde hace varios años. Lo admiro y respeto mucho, para mí es uno de los mejores, por no decir el mejor director de Venezuela. Y no fui tonto: sabía que me estaba metiendo en un proyecto con un tipo brillante y sabía que iba a estar en competencia en los mejores festivales del mundo, y cómo decir que no a eso.

La caja ha tenido gran recepción en los festivales de cine.

Es una gran película de cine de autor. La verdad es que Lorenzo Vigas es brillante. La caja es una obra de arte.

¿Dónde podemos verla?

Después de hacer el circuito en cines, se estrenará en varias plataformas de streaming. Por el momento está en Mubi.

Cuéntanos un poco de tu vida en Venezuela.

Fue muy bonita, con una familia extraordinaria, con grandes amigos y de mucho disfrute. Fui con ellos a viajes a la playa y a la montaña, siempre estuve rodeado de gente maravillosa y siguen siendo parte de mi vida. La pasé muy bien en mi país, me formé y ahí viví los años más especiales de mi existencia.

Si fuera a Venezuela, ¿a dónde tendría que ir para decir que la conocí?

Tendrías que ir a Los Roques, a Canaima y Caracas. Los Roques es un archipiélago maravilloso. El parque nacional de Canaima para mí es el lugar más bonito del mundo. Es un paraíso, se encuentra en el territorio de la Gran Sabana. Caracas es una ciudad muy bonita y especial, y sí o sí tienen que comer arepas.

¿Cuál es la arepa que más te gusta?

La arepa Telita, rellena de queso.

¿Con qué director te gustaría trabajar en el cine?

Martin Scorsese.

El principal rasgo de tu carácter…

Temperamental.

¿Qué cualidad aprecias en un hombre?

Lealtad.

Y en una mujer…

También.

¿Qué esperas de tus amigos?

Estar siempre juntos.

Tu principal defecto…

Ser exigente.

¿Tu ocupación favorita fuera de la actuación?

Cocinar y viajar.

Tu idea de la felicidad…

Sentirme en paz con mis decisiones.

¿Tu color favorito?

Azul.

La flor que más te gusta…

Orquídea.

El pájaro que prefieres.

Colibrí.

¿Tu escritor favorito?

García Márquez.

Tu músico favorito.

Es la pregunta más complicada que me han hecho en la vida, porque tengo tantos, me gusta tanto la música… Puedo decir Frank Sinatra, Herbie Hancock, Simón Díaz, Armando Manzanero y Beethoven.

¿Cómo te gustaría morir?

Feliz y pleno.

¿Cómo te ves en diez años?

Muy feliz. Me veo viajando por el mundo, contando historias. Me veo disfrutando la vida, a mis amigos, viajar, comer bien, jugar golf y vivir.

Recomiéndanos un libro.

No es un libro, es mi cuento favorito de niño, hace poco se lo leí a alguien. Se llama El árbol generoso, y es muy bonito.

El mejor consejo que te dio tu papá.

Pensar dos veces antes de decir algo.

Sigue a Alejandro Nones en IG en @alenones

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