Una antigua abadía del siglo XII situada en la ribera del Duero, río de gran importancia en Valladolid, fue restaurada para ofrecer a los viajeros los más gratos placeres: el aroma de los viñedos, el aire puro, la cocina de autor y habitaciones de gran comodidad. En la Abadía Retuerta cada instante será un lujo.
A menos de dos horas de Madrid, en el Valle del Duero, hay una hermosa finca de 700 hectáreas. Hace casi novecientos años, precisamente en 1146, ahí se erigió la Abadía de Santa María de Retuerta, hoy habilitada como un exclusivo hotel de cinco estrellas.
El silencio y la paz, los viñedos y los pinares, la riqueza histórica y la cultural, y una exquisita propuesta gastronómica hacen que en este lugar cada instante sea un lujo. En lo que fue la hospedería de un monasterio, este apacible hotel cuenta con 30 habitaciones (27 dobles y tres suites) con vistas privilegiadas a los viñedos de la zona. Todas las habitaciones están diseñadas para proporcionar el máximo confort y propiciar el placer de la contemplación en un ambiente aislado del ruido.
El arte es un gran protagonista en los espacios del hotel, que ofrece mobiliario con piezas del siglo XV junto con otras de diseño contemporáneo. La Abadía Retuerta, que no se concibió como hotel y bodega, cuenta con una colección de arte renacentista, otra barroca y una más moderna. Asimismo, muestra con orgullo la obra artística del escultor invitado Eduardo Chillida.
Además de la arquitectura y las piezas escultóricas que la distinguen, la música es otro arte presente en la Abadía. En el Salón Chimenea es posible disfrutar un íntimo recital del pianista Miguel Ángel Recio. Mientras la música inunda el espacio, la vista de los visitantes se recrea con piezas de arte, y el paladar con una copa de buen vino.
La bodega
Uno de los mayores atractivos de la Abadía de Santa María de Retuerta es su bodega de vinos, que resultará un auténtico gozo para los amantes de la viticultura, los expertos y quienes dan sus primeros pasos en ella.
En los inicios de la abadía, los monjes fundadores emprendieron el cultivo de la uva y la producción del vino en una tierra ideal por las condiciones favorables propiciadas por el río Duero. Ocho siglos de tradición vitivinícola dieron renovados frutos en los últimos treinta años, porque la abadía continúa la tradición y es, desde 2022, reconocida por su propia Denominación de Origen Protegida (DOP).
La DOP es un sello de calidad reconocido por la Unión Europea que avala al vino de Abadía Retuerta como un producto con garantía de origen, calidad y tradición; también acredita la singularidad de los suelos de Abadía Retuerta y las características climáticas y geográficas. En la bodega, llamada Cueva de los Monjes, están disponibles vinos de valor incalculable y muy difíciles de encontrar.
Espacios gastronómicos
Comer en los espacios gastronómicos de la Abadía Retuerta será una experiencia inolvidable; su cocina se distingue por su carácter vanguardista y creativo, elaborada con productos de hortalizas locales y de temporada.
Avalado por una estrella Michelin, dos Soles Repsol y una estrella Verde, Refectorio es un restaurante que deleita con una gastronomía impecable. Imperdibles son el bacalao ajoarreiro como aperitivo; la tartaleta de buey Cuéllar, de entrada; lechazo de Olmedo cocinado con arcilla como plato principal, y un dulce final con pistachos de la Pedraja del Portillo, kale y limón verde.
Vinoteca es un espacio más relajado e informal, situado sobre la Cueva de los Monjes. Su carta presume productos locales y hasta cuarenta referencias de vinos.
La Terraza de la Hospedería, diseñada como un jardín y bien integrada con el entorno, es un espacio verde en donde puede disfrutarse la tradicional cocina de la región con platillos como cecina de buey con almendras fritas, mollete de pastrami ibérico con mostaza, tarta de queso con compota de vino y frutos rojos, entre otros. La experiencia se complementa con maravillosos cócteles de autor.
El Jardín del Claustro es un espacio lleno de historia, que combina la mejor gastronomía en un entorno arquitectónico singular al que se traslada la propuesta culinaria de Vinoteca, y en el que también puede disfrutarse un delicioso desayuno a la carta.
El Calicata Terroir Bar es un espacio único al aire libre, rodeado de viñedos y pinares, que brinda al cliente la oportunidad de poner el broche final a su visita.
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