Helvex, productos de calidad

por Verónica Aguirre

Cuando pensamos en empresas, solemos verlas como entes autónomos, enormes, a veces un poco lejanos. Sin embargo, al visitar la plata de Helvex en Apaseo el Grande nos dimos cuenta de que, si bien es una empresa consolidada, debe su gran prestigio a su equipo de trabajadores, desde los obreros hasta los directivos.

Hace unos días nos invitaron a una Experiencia Helvex, que consiste en recorrer sus instalaciones y conocer de primera mano los procesos necesarios para producir sus célebres accesorios para baño y cocina, materiales de plomería y cerámica para baño.

Uno imaginaría que, al ser una fábrica, nos esperaban áreas sucias o llenas de polvo. Sin embargo, es todo lo contrario: encontramos áreas limpias y gente enfocada en su labor, además de un ambiente laboral muy agradable.

Empezamos el recorrido en la fundición de los metales con que se fabrican las llaves y otras piezas de plomería. Desde ese momento nos dimos cuenta de la calidad de los materiales con que se hacen las llaves que seguramente tienes en tu casa, y la precisión con que trabajan los empleados para que el producto final llegue a tu hogar. Cada etapa del proceso es sorprendente. Personalmente, lo que más me gustó fue ver cómo se forma la llave a través de moldes, y la precisión con que lo hacen para que no haya imperfección alguna.

También es impresionante el proceso de cromado de las piezas, y el control de calidad riguroso que se aplica. No hay pieza que salga de esta planta sin haber tenido contacto con una persona de este departamento.

Actualmente, la empresa ofrece productos en diferentes colores, ya no sólo el cromado tradicional. Lo mismo encuentras productos en color negro que en blanco polar, dorado y muchos más, para satisfacer el gusto de los clientes.

Para finalizar el primer recorrido conocimos el Museo Helvex, y vimos cómo los procesos han cambiado para cuidar la integridad física de los empleados.

En el segundo recorrido visitamos la planta de cerámica. Al llegar encontramos una instalación de mingitorios en una pared, a lo que dije: “¿Qué pensaría Marcel Duchamp de esto?”. Éste sigue siendo un proceso artesanal, y uno donde los detalles cuentan, porque vimos un grupo de artículos marcados con plumón negro, y aunque uno no percibía ningún error, para ellos tenía un defecto, y detuvieron esas piezas. Esto nos habla de los altos estándares de calidad que aplica cada empleado en la empresa.

Te preguntarás cómo Helvex, firma cien por ciento mexicana, logró inculcar ese gran compromiso con la calidad en sus empleados. La respuesta es que hace años implantaron el método Kaizen en todas sus plantas, pero con una gran diferencia: no se quedaron en los directivos, sino que lograron tropicalizar el método para que cada uno de los empleados participara en él. Con esto lograron diseñar procesos eficientes y disminuir los tiempos de producción.

Comparto esta experiencia porque alguna vez, cuando necesitaba una instalación para mi casa, siempre elegía el producto más barato, sin importarme la calidad. Sin embargo, hoy estoy consciente de que, como mexicana, debo consumir productos hechos en nuestro país, por su calidad y durabilidad, y sobre todo porque con la compra de ellos se da trabajo a un mexicano, y eso es más importante. Si tomamos consciencia, las empresas de nuestro país resistirán la competencia, muchas veces desleal, que viene de Asia. Sí, esos productos tal vez son baratos, pero recuerda el dicho: “Lo barato sale caro”, porque los productos de Helvex pueden durar años. No sé, digo… piénsalo.

Sigue a esta empresa en IG @helvexmx

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