El imponente mundo animal desde Zoofari, ¡adéntrate!

por Redacción Distrito

Hoy queremos compartir contigo una opción cercana a la CDMX, Morelos y Taxco. Es divertida y está llena de pelitos, garras, colmillos, plumas, alas y mucho más. Estamos seguros de que te llenarás de amor y empatía por otras especies.

Acércate, el centro de conservación es mucho más que un recorrido con jaguares, capibaras o flamencos; mucho más que kilómetros de senderos entre tierra, pasto y animales. La aventura es su motor, y el amor por cada tipo de vida es el combustible que los impulsa a dar mucho más que un acercamiento a la vida natural.

A Zoofari puedes venir en el plan que mejor te acomode, porque abre sus puertas para ti los 365 días del año: una escapada entre semana con tus amigos, un domingo en la tarde con toda la familia, un fin de semana romántico con tu pareja.

Un abrazo con las jirafas, una caricia a los antílopes, una selfie con las llamas… no te lo imagines, ¡vívelo en Zoofari!

Podrás conocer sus planes de conservación y ayudarlos a continuar perpetuando y cuidando a las especies: puedes ZOOmarte al comprar tus entradas de forma anticipada, que por tiempo limitado están a un grandioso 3×2 y que además podrás utilizar 2 veces hasta el 30 de noviembre, 2020. También puedes realizar una donación, ingresar al sitio web https://zoofari.com.mx/zoomemonos y conoce más sobre esta iniciativa. Ellos quieren seguir cuidando amiguitos con alas, 4 patitas, trompas y colmillos, tu eres su mejor aliado.

Entonces, el día que más les guste, súbanse al auto y conduzcan directo a Amacuzac, en Morelos. Justo en el km 55 de la carretera federal Cuernavaca-Taxco se encuentra Zoofari, un centro de conservación que cubre poco más de 60 hectáreas, dividido en seis secciones.

Desde que en el camino veas las indicaciones para llegar a Zoofari y hasta que estés en la taquilla, dentro de tu auto, listo para entrar, sentirás la emoción de ir a lo que sólo has visto en fotos pero que muy pronto inundará tus sentidos. Las puertas del parque se abrirán ante ti, y en un parpadeo tus pupilas se dilatarán, asomará una sonrisa muy natural y estarás dentro, mirando un montón de especies animales que estás por saludar y conocer frente a frente.

Poco a poco llegarán las alpacas, luego los capibaras, y de repente se acercarán los venados. Puedes tocar y acariciar a todos; ellos comen de tu mano, sientes su lengüita rasposa y luego se toman fotos juntos. Conocerás a las llamas, su pelo áspero, y sentirás ganas de abrazarlas, porque en esta primera sección puedes hasta caminar junto a ellas.

Seguirás avanzando y las sorpresas no dejarán de llegar: lobos, burritos, avestruces y hasta los tres grandes de África: elefantes, cocodrilos del Nilo y leones; claro, has visto las fotos, pero te prometemos que aun así te impresionarás ante su belleza.

Luego de asombrarte en cada rincón, podrás descansar en el restaurante-mirador de Zoofari: Timbuktú, una joya en lo alto del centro de conservación. Desde aquí podrás disfrutar el delicioso clima de Morelos.

Ya te maravillaste, comiste y descansaste; el último paso antes de volver es llevar contigo un poco de Zoofari. En la sección final encontrarás lo que desees para tener siempre presente lo que significa la vida animal. ¿Quieres un buen ejemplo? Mira las fotografías del proyecto Renovando la Casa de las Elefantas, cuya finalidad es mostrarte la belleza de Zoofari de la mano de influencers que, gustosos de colaborar con el cuidado animal, se unieron al proyecto para renovar el espacio de las elefantas.

Y ahora sí, estarás listo para volver a casa y contar la experiencia, y por qué no, repetirla días después, porque los habitantes de Zoofari te esperan siempre.

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