¿Te imaginas nadar en un oasis en medio del desierto, o hacer un pícnic en las Dunas de Yeso al atardecer? El patrimonio natural de Cuatrocienégas en Coahuila te sorprenderá, asegura Elsa Navarrete.
El valle de Cuatrociénegas es un destino especial por donde lo mires. En el corazón del Desierto Chihuahuense se halla un oasis con manantiales que forman pozas, lagunas y riachuelos que se comunican por canales subterráneos, todo rodeado de montañas.
A tres horas y media del aeropuerto de Monterrey, el Pueblo Mágico de Cuatro Ciénegas se levanta entre las sierras La Madera y La Fragua. Sus pequeñas casas antiguas, que esconden patios sombreados, se encuentran a unos pasos del Área Natural Protegida de Cuatrociénegas, un humedal de gran importancia.
En el valle se respira una magia única. En sus numerosos cuerpos de agua —se cree que hay quinientos— coexisten los estromatolitos con cianobacterias, que fueron los primeros responsables de producir el oxígeno de la Tierra. De ahí que muchos científicos vengan a estudiar aquí el origen de la vida y la evolución. Además, se les considera las Galápagos de México debido a la diversidad de especies endémicas, como la tortuga de concha blanda y la mojarra de mintle.
Toda esta riqueza natural puede vivirse con las experiencias que ofrece el Grupo Hotelero 1800 a través de su touroperadora Conoce4C. “Es un diamante en bruto que está esperando a ser esculpido para presentarse en su máxima expresión. Primero estamos ayudando a conservarlo, y después queremos que el turismo venga a vivirlo con la mejor infraestructura, cuidando el ambiente”, reveló Fernando Pérez Cano, fundador del grupo.
Dunas de Yeso
Estas acumulaciones de arena cubren 800 hectáreas, moldeadas por el viento, las lluvias y la humedad a través del tiempo. Hace millones de años, este territorio estaba bajo las aguas del mar de Tetis, que, al evaporarse, dio como resultado rocas salinas. En esta arena tan blanca que podrías confundirla con nieve, una actividad imperdible es hacer un pícnic al atardecer. Incluye un paisaje arrebatador, botella de vino, tabla de quesos y paninis. Entre estos montículos, que brillan bajo la luna debido a la cantidad de cristales, también se levanta la réplica de un tiranosaurio rex hecho de fibra de vidrio a tamaño real por el director del Museo del Desierto, de Saltillo. $2,600 por pareja.
Poza Azul
A nueve kilómetros del pueblo se encuentra esta zona protegida con agua rica en minerales. Aquí pueden observarse, además de una gama hipnotizante de colores que van del azul zafiro al turquesa, los estromatolitos con cianobacterias. Para apreciarla mejor, sube al mirador y obtén una hermosa postal. Lo mejor es visitarla junto con una persona especializada, para que te cuente éstos y otros datos curiosos que revelan lo especial de esta maravilla. Una opción es abordar el Safari Truck, cuyos recorridos incluyen guía y acceso a los parques, incluyendo Poza Azul. Entrada: $100.
Minas de Mármol
A cielo abierto, impactan por su belleza y sus vistas al valle. Con grandes paredes de esta piedra blanquecina, que sobresalen en el entorno desértico, es un spot tan fotogénico que roba el aliento. ¿Plan para la noche? Aquí también lo encontrarás: primero contemplarás el cielo estrellado, para después ver el video-mapping El origen de la vida, que se proyecta en las paredes. Con 15 minutos de duración, se lleva a cabo viernes y sábados a las 20:00 horas. Entrada: $250.
Río San Marcos
En realidad se trata de una poza alargada de cinco kilómetros. En sus aguas cristalinas se puede nadar, hacer kayak y stand up paddle, así como rentar una palapa a la orilla de su suave cauce. Entrada: $150.
Hacienda 1800
Es el lugar perfecto para hospedarse. En sus 36 habitaciones y una villa con piscina privada encontrarás confort y podrás recargar energías para la siguiente aventura. Otro punto a su favor es su piscina familiar rodeada de hamacas y tumbonas. Por su parte, el restaurante Palmeira sirve cocina norestense con productos locales, como la carne seca. Habitación desde $3,240 MXN; incluye desayuno y entrada a dos parques. hacienda1800.com.
Más actividades
En este destino hay mucha diversión, que combina la aventura con el contacto con la naturaleza. Tal es el caso del recorrido en razor (vehículo todoterreno) por todo el valle de Cuatrociénegas y el atractivo conocido como El Cañón, cuyas paredes irregulares de roca hacen el escenario ideal para disfrutar una caminata guiada por el sendero, la vía ferrata y el descenso en rapel. También puedes ser parte de una velada astronómica. Después de pasar un momento agradable contemplando la bóveda celeste a través de un telescopio, podrás deleitarte con un menú de seis tiempos maridados con cinco vinos de Coahuila; entre las delicias por degustar se encuentran la tostada de chamorro, las flautas de mole y el pulpo con arroz cremoso.
Fotos:
- Cortesía Grupo Hotelero 1800; Elsa Navarrete.
IG: conoce4c
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