Antes de administrar un medicamento, es necesario verificar que no haya transcurrido su vida útil. Si ya caducó, no podemos usarlo ni tirarlo a la basura. Mira cuáles son los pasos correctos para desecharlo.
El cuidado de la salud representa un gasto importante en los hogares mexicanos. En promedio, una familia destina poco más de $10,000 anuales a ese rubro, de acuerdo con cifras del INEGI. De ese monto, la proporción mayor la representa la compra de medicamentos. En una casa cualquiera es común encontrar productos de venta libre, como analgésicos, antigripales, antidiarreicos y antiácidos, además de medicamentos de prescripción que quedaron como sobrantes de tratamientos anteriores, entre ellos antibióticos, anticonvulsivos y cardiovasculares.
Los medicamentos son recursos valiosos para cuidar o recuperar la salud, pero cuando ha pasado la fecha de caducidad que, por ley, todos los productos farmacéuticos deben indicar en su empaque, pueden convertirse en un problema.
Al momento de otorgar registro a un medicamento, la autoridad sanitaria, que en México es la Cofepris, asigna el periodo de vida útil del producto, durante el cual puede utilizarse. Después de esa fecha, el producto no debe ser comercializado ni consumido.
Por otra parte, la industria farmacéutica moderna emplea sustancias diversas en la fabricación y el envasado de los medicamentos, y algunas de ellas pueden generar con el tiempo subproductos peligrosos. la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR) indica que los medicamentos deben desecharse de forma adecuada, para prevenir daños al ambiente y a la salud humana.
En referencia a los medicamentos, la ley afirma: “Cuando los productos de uso farmacéutico en sus envases se precise fecha de caducidad, una vez que hubieren caducado serán considerados residuos peligrosos, en cuyo caso los fabricantes y distribuidores serán responsables de que su manejo se efectúe de conformidad con lo dispuesto en la LGPGIR su reglamento y las Normas Técnicas Ecológicas correspondientes”.
Los medicamentos caducos no pueden consumirse, pero tampoco deben tirarse a la basura y menos aún arrojarse por el drenaje, aunque esta práctica es muy común en nuestro país.
Para enfrentar este problema, el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases de Medicamentos (SINGREM), asociación civil, inició operaciones en 2010 con el apoyo de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica, para cumplir con la obligación de responsabilizarse de los residuos de medicamentos en los hogares. La asociación cuenta con un plan de manejo registrado ante SEMARNAT.
La función de SINGREM es poner al alcance del público contenedores donde puedan desechar los medicamentos caducos que hay en los hogares, para su destrucción. Los medicamentos que se encuentran en nuestros botiquines, una vez caducos, no deben tirarse en la basura.
SINGREM busca ayudar a las empresas afiliadas a Canifarma a cumplir las leyes ambientales y sanitarias, y evitar daños al ambiente por contaminación del agua o del suelo, la falsificación de medicamentos, la venta ilegal de medicamentos caducos, el uso de medicamentos en mal estado, principalmente antibióticos, que pueden favorecer la resistencia antimicrobiana.
SINGREM ha colocado más de 4800 contendores para recolección de residuos de medicamentos en 345 poblaciones de 25 estados del país. A través de estos contenedores, la asociación recolecta hasta 70 toneladas de medicamentos en algunos meses. Todo lo que se recoge se entrega para su destrucción por incineración con un proveedor autorizado por SEMARNAT para que se haga una destrucción ambientalmente adecuada.
Los fármacos que se recogen con mayor frecuencia son paracetamol, ácido acetilsalicílico, metformina y bezafibrato. Aproximadamente 56% provienen de instituciones públicas y 44% de farmacias privadas. De lo recolectado, 58% corresponde a medicamentos genéricos.
En la medida en que grandes empresas (sobre todo las nacionales que fabrican genéricos) se sumen a este esfuerzo, SINGREM podrá alcanzar cobertura nacional, pero es también necesario que las autoridades vean que la ley se está cumpliendo.
Un proyecto como SINGREM sólo funciona con el apoyo de los laboratorios fabricantes, las farmacias y los hospitales. Pero lo más importante es que la gente comprenda que una acción sencilla, como desechar los medicamentos caducos en el lugar adecuado, es una forma de cuidar la salud y el ambiente.
